23 octubre 2009

Comienzos de otoño

El final de las fiestas del pueblo marcaba siempre una nueva etapa en mi vida, mientras la gente veraneante se iba poco a poco marchado a sus hogares, yo iba volviendo a la rutina un año tras otro. Si tenía exámenes tenía que estudiar y si no a trabajar.

Es la época donde la llegada del otoño poco a poco se va haciendo palpable. A finales de Agosto o primeros de septiembre se esperaba con cierta ansiedad la llegada de alguna tormenta para poder sembrar los nabos, que luego durante el invierno servirían de alimento al ganado.

Septiembre también es el mes en el que comienzan las labores en el campo. Con las primeras lluvias de Agosto se iba dando unas vueltas al terreno para poder luego en Octubre hacer la siembra o sementera.

También había que abonar el terreno a base de estiércol, un trabajo duro pero que a mí siempre me gusto. Son días de duro trabajo y las manos se resienten de vez en cuando alguna ampolla todavía sale de sujetar la tornadera, la garganta se reseca con los vapores y el olor que aguantas es muy fuerte sobre todo el de oveja. Pero por otro era una época en la que nos reuníamos mi padre, mi tío, mi primo y yo, y poco a poco íbamos cargando el remolque.

El estiércol antiguamente se iba sacando de los corrales con los carros y se depositaba fuera del pueblo todo junto en montones (mudadales ) para que fuera fermentando ( curtiendo ). Cada familia tenía un estercolero. Recuerdo todavía de pequeño que en el camino de las peñas del valle barrueco que había varios. Antiguamente era muy codiciado e incluso se iba a los valles a recogerlo.

Durante la primavera se cavaba a mano y se le iba dando la vuelta para que curtiera bien.
Era un trabajo duro que hoy se realiza con el tractor y la pala. Pero todavía en sitios donde la maquinaria no puede entrar tenemos que hacerlo a mano.

Primero hay que cavar el estiércol con un "arpón":



Se va desmenuzando ( mullendo) bien, a base de golpes porque sale todo en pegotes y placas debido a las distintas capas de paja (cama ) que se han ido añadiendo durante el invierno. Para que luego se pueda esparcir bien. Y se va echado al remolque con la tornadera.

Cuando yo era pequeño me lo pasaba "pipa" porque gracias a este trabajo comencé a conducir el tractor. Recuerdo la primera vez que me dijo mi padre "venga a conducir", tendría yo 6 ó 7 años, y era todo un reto que no te salieras del vado por el que ibas y para pisar el embrague tenía que subirme con los dos pies encima porque no tenía fuerza.



Otra forma de abonar el terreno dejando las ovejas por la noche en la "corraliza" y cada día se va cambiando de sitio.




Terreno estercado después de esparcido el estiércol.



Estercando o esparciendo:







También a finales de septiembre es la época de la bellota, las ovejas y las vacas corren de roble en roble en busca del codiciado fruto. Los días de aire no hacen más que correr de un lado a otro. Antiguamente si iba a recogerla a mano para el ganado. Antes de sembrar las tierras había que recoger toda la que había caída para no dejarla enterrada.

Imágenes de septiembre del 2009 en Valdebarreros.

Imagen con la peña de Francia al fondo.

Roble que quizás tenga más de 300 ó 400 años.

Bellotas aún verdes en el roble.

Ovejas en busca de bellotas



Bellotas en el suelo


Ovejas "amarizas" soportando el calor. Las ovejas con el calor se juntan todas para poder soportarlo (curioso) y se dice que están "amarizas".


Charca vacía al final del verano.